viernes, 28 de marzo de 2008

LA CRISIS DEL CUARTO DE VIDA

Le llaman la ‘crisis del cuarto de vida’. Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años.
Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios,pareja, etc…
Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato. Las multitudes ya no son ‘tan divertidas’… hasta a veces te incomodan. Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con lamisma gente de forma constante.
Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con las que has perdido contacto resultan ser amigos de los más importantes para ti.
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor. Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal.
O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor.
Pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios y algunos empiezan a casarse. Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro si te sientes preparado para comprometerte por el resto de tu vida.
Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido.
Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo.
Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo. O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que comenzar desde abajo y te da un poco de miedo.
Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes.
Ves lo que los demás están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida y adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no lo es.
A veces te sientes genial e invencible, y otras…solo,con miedo y confundido.
De repente tratas de aferrarte al pasado,pero te das cuentade que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.
Te preocupas por el futuro,préstamos, dinero… y por hacer una vida para ti. Y mientras ganar la carrera sería grandioso, ahora tan solo quisieras estar compitiendo en ella.
Lo que puede que no te des cuenta es que todos los que estamos leyendo esto nos identificamos con ello.
Todos nosotros tenemos ‘veintitantos’ y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces.
Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un desbarajuste enla cabeza… pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos…
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro. Parece que fue ayer que teníamos 16… ¿¡Entonces mañana tendremos 30!? ¿¿¿¡¡¡Así de rápido!!!???
HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO… QUE NO SE NOS PASE!
La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento…


Vaya texto eh!! Yo no me siento identificada en cada uno de los puntos, pero si en la mayoría, así que lo que hay que hacer es disfrutar cada momento al máximo.

sábado, 15 de marzo de 2008

EL AMOR ES CIEGO

Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso:
- ¿Jugamos al escondite?
La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó:
-"¿Al escondite? y ¿cómo es eso?"
- Es un juego -explicó la LOCURA en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.
El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA. La ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.

Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse (¿para qué?), si al final siempre la hallaban, y la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya), y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse...
- Uno, dos, tres... -comenzó a contar la LOCURA.
La primera en esconderse fue la PEREZA que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. la FE subió al cielo, y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; que si el bajo de un árbol, perfecto para la TIMIDEZ; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD; que si una ráfaga de viento, magnifico para la LIBERTAD. Así que termino por ocultarse en un rayito de sol. El EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero solo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!, en realidad se escondió detrás del arco iris), y la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes. El OLVIDO... ¡se me olvidó donde se escondió!... pero eso no es lo importante.Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR todavía no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
-¡Un millón!- contó la LOCURA y comenzó a buscar.La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre Teología. Y a la PASIÓN y al DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro, pudo deducir donde estaba el TRIUNFO. Al EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo; el solito salió disparado de su escondite, que había resultado un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aun de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos: el TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco iris y hasta el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite. Pero solo el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA busco detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, diviso un rosal y las rosas... Y tomo una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al AMOR. La LOCURA no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra, el AMOR es ciego, y la LOCURA lo acompaña siempre.
No se si el amor es ciego o no pero lo que si se es que las mayores idioteces se cometen por amor, ya sea porque es ciego o porque somos idiotas.

domingo, 9 de marzo de 2008

CAMBIAMOS Y LA PERSONA QUE FUIMOS YA NO LO SOMOS MÁS

A medida que pasa el tiempo y nosotros con él, y a lo largo de nuestras vidas, van quedando por el camino amores, amistades, compañeros de trabajo, relaciones familiares sin que por ello signifique que hayan muerto físicamente. Una y otra vez nos hacemos la pregunta ¿cómo es posible que ello ocurra? ¿qué pasó con el cariño que nos unió un determinado momento? Y no se encuentra respuesta, sino que va produciéndose así como si se tratase de un viaje en tren en el que hay estaciones y unos y otros van subiendo a nuestro tren y se apean en sus propias estaciones. Y puede que así seamos también nosotros para los demás, un viajero que se sube al tren de otro hasta la estación en que sabe que tiene que apearse. Pero, ¿cómo se sabe dónde hay que apearse? Y ¿qué es lo que, en nuestro interior, decide al final del compañero del viaje?

Puede que tan sólo seamos transeúntes unos de otros. Tal vez los caminos se entrecrucen por breves o largos momentos, momentos en los que cada cual necesita al otro para algo, aunque sea tan sólo para amarlo o sentirse amado. Y ¿cómo saber quien es la persona que debe estar en estos caminos? ¿cómo saber cuando y por qué abandonarán nuestro camino? Sólo nosotros somos dueños de dejar entrar o salir a alguien de nuestros caminos.

Y luego sucede que arrastramos una nostalgia permanente con respecto a lo vivido, y o nos arrepentimos de que hubiera acabado o no volveríamos a ello ni por todo el oro del mundo. Se me ocurre que esas muertes de las situaciones, tal vez sean puertas cerradas a algo vivido, puertas que cerramos sin saber por qué pero que en el fondo ya ha cumplido su objetivo: mantenernos despiertos para llegar a otra parte del recorrido. La persona que fuimos ya no lo somos más.

Se suele decir “se cambia”. Bien, pues sí, se cambia y de tal manera que resulta casi imposible reestablecer las relaciones que ya se han vivido. Existe para ello la prueba de fuego que son los entierros. Se reúne para la despedida de alguien de nuestro entorno más próximo una gran cantidad de personas que habían transitado por nuestras vidas. A la salida del funeral, todo el mundo, sin excepción, forma pequeños corros y se saludan unos a otros con grandes exclamaciones, una de las más frecuentes es “Tenemos que volver a vernos, porque el tiempo pasa muy deprisa”. Como si el alejamiento fuera una cuestión del tiempo. La verdad pura y simple es que después del despido del duelo no suele haber reencuentros posteriores porque el tiempo de la relación ya ha pasado y la verdad es que si hay algo difícil de llevar son esas ceremonias en las que alguien quiere reunir los tiempos de todos como si no hubieran pasado. Es un intento de anulación de lo transcurrido, pero los abismos creados entre nosotros y los transeúntes de nuestras vidas son fruto de las continuas decisiones que vamos tomando día a día en nuestro vivir. En este estado cambiante de nuestro acontecer, un poco de tiempo ya es mucho cambio y con un antiguo amigo perdido en el tiempo y reencontrado después ya no quedan lazos ni causas comunes de las que hablar ni sentido para poder comunicarse. Por eso no dejes que la llama de la amistad se apague, porque la amistad es el intercambio de pensamientos hacia otras personas, que nacen de un impulso por alejarse de la soledad en la que nos sentimos, es un sentimiento que lo tienes siempre y sólo lo aprecias cuando lo pierdes, no lo dejes escapar.
Este es un texto que guardo desde hace mucho tiempo y espero que os haya gustado porque seguro que a todos nos a hace recordar muchas vivencias pasadas, unas mejores que otras, pero al fin y al cabo son "nuestras vivencias", las buenas son las que guardamos como buenos recuerdos, las malas son las que nos hacen aprender.